La necesidad social de aparición en escena de los plásticos alcanzó tal impacto que algunos han bautizado cierto momento del siglo XX como la "era de los plásticos".
En el campo de los materiales termoplásticos el siglo pasado dejó como saldo la modificación accidental de la celulosa en nitrocelulosa, que permitiría la producción del celuloide. Pero la inauguración de una nueva época en la producción de materiales sintéticos correspondió al químico belga-estadounidense L.H. Baekeland (1863–1944), al obtener en 1907 resinas termoestables por la condensación del fenol y el formaldehído, las baquelitas.
Sus sorprendentes propiedades, como elevada dureza, inercia frente a los más enérgicos disolventes, termoestabilidad, baja conductividad eléctrica y térmica y capacidad de moldearse al ser calentadas dan la posibilidad de fabricar con baquelitas desde conmutadores eléctricos hasta discos fonográficos.
En estos primeros tiempos prevalece el método de ensayo y error, como reflejo del escaso conocimiento sobre la estructura de las moléculas gigantes y de los detalles de las reacciones en que se producían.
Al filo de la década del treinta ya se disponía de la materia prima suministrada por la industria del petróleo, y del bagaje teórico suficiente para que el químico J.A. Nieuwland (1878–1936) investigara con éxito la producción del caucho sintético, al que denominó neopreno. El neopreno superaría al caucho natural, por sus propiedades elastómeras.
La aplicación de la termodinámica y la cinética química al estudio sistemático de estos materiales fue tarea abordada por diferentes grupos de investigación, entre los cuales se destacó el dirigido por el químico alemán H. Staudinger (1881-1965). Estos trabajos resultaron premisas fundamentales para el salto a la síntesis de los nuevos polímeros.
En 1928, la compañía Dupont tomó una decisión poco común por entonces y abrió un laboratorio para investigaciones fundamentales que sería dirigido por el químico estadounidense William Carothers (1896–1937).
Carothers demostró la posibilidad de producir controladamente fibras artificiales que con el tiempo competirían por sus propiedades con las fibras extraídas de fuentes naturales. Fueron sintetizados en el laboratorio las poliamidas (nylon) y los poliésteres (dacrón, terylene, etc.).
Publicado Por Valeri Valderrama e Ingrid Torres!
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